Summary: | Los antimicrobianos han contribuido notablemente al bienestar de las personas en el último siglo. No obstante su utilización puede conllevar no solo para el individuo receptor sino para toda la sociedad, importantes repercusione.HIPOTESIS: Las Encuestas Nacionales de Salud (ENS), que tienen por objeto, disponer de la información necesaria para la más adecuada instauración de actuaciones en materia sanitaria, no han sido diseñadas acorde a la importancia real que el consumo de antibióticos tiene sobre la salud pública. OBJETIVOS: 1,Estudio del consumo y prescripción de antibióticos, en cada uno de los años de las ENS (1993, 1995, 1997, 2001 y 2003) y la evolución a lo largo del periodo referido. 2, Analizar el perfil del paciente adulto consumidor de antibióticos, en las mismas ENS , comparándolo al de los no consumidores y población total. 3, Relacionar los resultados anteriores obtenidos a partir de las ENS con los de otras fuente. Y 4, Justificar y sensibilizar a los responsables de las ENS sobre dicho aspecto, haciéndoles recomendaciones de cara al diseño de las próxima. MATERIAL Y METODO: Partiendo de las Encuestas nacionales de salud (ENS) de 1993 a 2003 y de búsquedas complementarias, son seleccionadas ciertas variables en cuanto a la topología (sexo, edad, peso, altura y nivel de estudios), hábitos (consumo de tabaco y alcohol, horas de sueño y ejercicio físico), comorbilidad (estado general de salud, enfermedades crónicas, limitaciones de la actividad y reposo por razones médicas), así como de la utilización de recursos sanitarios( consumo de medicamentos, consultas al médico y hospitalización); mediante el programa estadístico SPSS 13.0, realizándose un estudio descriptivo de cada variable seleccionada así como relacionándolas entre si y con las procedentes de otras fuente. RESULTADOS: En el periodo de estudio, el consumo rondo el 3% siendo la prescripción del antibiótico siempre inferior al consumido, en todos los años (el antibiótico consumido no prescrito, ha superado siempre el 9%) cifra esta inferior a la recogida por otras fuente. En cuanto al sexo el consumo en mujeres es superior al de los hombres (2,3-4,2% vs 1,7-3,0%) siendo en cambio más ajustado a su prescripción (7,2-13,0% vs 10,3-16,6%).La moda para los consumidores de ATBs se situa entre los 22 y 32 años y de los no consumidores entre los 62 y 70 años; aspectos ambos similares a los procedentes de otras fuente. No se encontraron aspectos significativos en cuanto al peso ni altura,habiendolos en cambio a nivel academico y los diferentes habitos de vida (tabaco, alcohol, sueño y ejercicio). En cuanto a la percepción del propio estado de salud, es muy significativa la peor sensación entre los consumidores de antibióticos (consideración favorable en el 70% de la población general vs 50% entre los consumidores), lo que se ve empeorado con la edad (hasta los 35-40 años se supera el 80% vs valores minimos entre los mayores de 70 años) y el sexo femenino. En cuanto a las Enfermedades Crónicas, observamos que resulta muy variable el consumo de ATBs, y así va, del 3,8 al 25% declara tener alguna, correspondiendo las menos frecuentes a la ulcera de estomago (la que menos) y enfermedades coronarias; y en el rango máximo, el colesterol elevado y la hipertensión arterial (siendo esta última la más frecuente); no obstante el tamaño de la muestra no permite darle valor significativo. Entre las dolencias que han obligado a reducir la actividad, el dolor de garganta, dolor de oídos u otitis, y la fiebre, presentan un consumo siempre superior al 10% y en igual sentido que es denunciado por otras referencias bibliografica. Observamos en las ENS que el uso más frecuente de ATBs se da en los casos de dolor de oídos y de fiebre, donde llegan a superarse el 40%. Además se confirma lo que ha sido denunciado en numerosas ocasiones por otros autores, en cuanto al uso excesivo de antibióticos incluyendo patologías no susceptibles de mejorar con su uso. De hecho, cuando se estudia el tratamiento especifico prescrito en cada uno de estos casos (antigripales, analgésicos, apiréticos, etc.), se observa que ni siquiera lo han sido en todo ellos y que entre el 4 y 11% se han consumidos estos tratamientos específicos junto al de antibiótico. Por último se observa en las ENS que las consultas al médicos lo ha sido predominantemente en el último mes, representando una cuarta parte de los consumidores de antibiótico; y fueron el 4-8% de los que precisaron de hospitalización. CONCLUSIONES: En cuanto al consumo rondo el 3% de la población, confirmandose un importante consumo sin prescripción. Respecto al perfil del consumidor de antibióticos se observa que fue mayor siempre para las mujeres, y que cambio, el consumo de antibióticos sin prescripción médica fue más habitual entre los hombres, con valores siempre superiores al 10%, del consumido; siendo los consumidores más frecuentes entre las personas jóvenes (segunda década) y en contra, los no consumidores resultan ser mayores (sexta década). Se aprecia suficiente significación en otros aspectosde habito como consumo de tabaco entre otros, asi como de comorbilidad, pues en todas las dolencias que afectan a la actividad, el consumo de antibióticos supera a la media de la población en un mínimo de 3 veces, especialmente en el caso del dolor de garganta, el catarro, gripe, dolor de oídos y fiebre, donde siempre ha sido superior al 10%. Tambien se confirma su utilización en procesos donde la antibioterapia no esta generalmente indicada. Por último, se recomienda la inclusión de 5 cuestiones a las ENS en cuanto al cumplimiento del tratamiento ATB, almacenamiento de ATBs, consecuencias reconocidas de un mal uso de ATB.
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