Summary: | La tesis sostiene tres conclusiones. La primera es que los palestinos con ciudadanía israelí constituyen una dimensión específica del conflicto israelo-palestino. Se demuestra que esta dimensión es indisociable de las otras dos: los refugiados de 1948 y los palestinos de Cisjordania y Gaza bajo ocupación desde 1967. Su existencia no es solamente un asunto interno israelí, sino que esta minoría forma parte consustancial y es una dimensión del conflicto israelo-palestino, con capacidad de interferir en las otras dimensiones y en su resolución.La segunda es que el proceso de paz iniciado en 1993 no contribuyó a normalizar el estatuto de la minoría palestina israelí. Si bien los palestinos israelíes tuvieron la esperanza de que un acuerdo entre Israel y la OLP contribuiría a su normalización, el proceso de paz no tuvo ese efecto esperado, al contrario, agudizó las tensiones interétnicas en Israel, porque el proceso de paz puso de manifiesto que el consenso mayoritario judío israelí no está dispuesto a revisar o renunciar al proyecto nacional exclusivo. La tercera es que el establecimiento de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza es necesario pero insuficiente para resolver el conflicto. Una resolución justa y duradera requiere ser global e incluir la cuestión de la minoría palestina israelí, lo que pasa por una normalización interna de Israel y una refundación constitucional que acabe con los principios vigentes que dan pie a las políticas de exclusión y a la cultura de la segregación, y que Israel asuma ser el Estado de todos sus ciudadanos. La cuestión de la minoría palestina israelí demuestra que las soluciones territoriales y que la lógica de la partición son insuficientes; se requiere también una solución democrática, la redefinición de Israel y el establecimiento de un nuevo orden en el que primen los derechos fundamentales para todos.
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